lunes, 20 de febrero de 2012

Presidents' Day

Nos hemos dado cuenta de que somos los únicos en todo Miami que vamos con pantalón largo! El viernes decidimos cambiar el chip invernal y esconder la manga larga en lo más profundo del armario. Debemos estar a 26ºC!.
Este fin de semana no hemos dado a basto. Quién me iba a decir a mi, después de mi nula vida social en mi pueblito rumano, que íbamos a tener tanto plan! Sábado por la mañana a comprar al Costco (supermercado tipo Macro) para regalarle a Víctor una bici sin pedales muy chula. Luego comimos otra vez con la familia numerosísima. Víctor por supuesto acabó agotado pero feliz, haciendo el bruto e intentando defenderse de los hermanos pequeños de la familia, que lo llevan loco.
El domingo nuestro plan inicial era ir al Coconut Grove Arts Festival, y a una exposición de los yates más lujosos del mundo en Miami Beach. Pero al final nos llamó el sobrino de uno de la empresa de Jorge y nos invitó a tomar una cerveza en su casa. Resultó ser un tío encantador con una casa cuyo jardín da a un canal de Coral Gables, donde aparecen iguanas, algún caimán y dice que de vez en cuando manatís. Estuvimos horas con él y varios amigos y luego apareció su mujer que es americana y su suegra. Nos acogieron como si fuéramos familia, nos dieron consejos y sobretodo nos cargaron las pilas para nuestra vida en Miami. No sabéis cómo se agradece este apoyo de tanta gente que te invitan a tomar algo sin conocerte porque han pasado por la misma situación que tú hace unos años.
Ayer lunes fue fiesta. Era el Presidents' Day, que en mi opinión así sin conocer mucho, me parece una chorrada que se han inventado para que las tiendas lancen ofertas y vender más. Lo mismo pasó hace unos días con San Valentín, aunque eso les gusta mucho y ponen banderas con corazones y osos hinchables que dicen "I love you". Volviendo al President's Day, no me imagino celebrando en España el día de Rajoy o Zapatero, pero en fin. La cuestión es que me apunté al plan de Álex, que era ir al zoo con seis de sus hijos. Así dejé a Jorge trabajar tranquilo. Como Silvia (la mujer de Álex) tampoco venía, me colé con el pase anual de la familia. Lo mejor fue disimular en la entrada diciendo que yo era la madre de los siete niños que veían allí delante. Una vez dentro alquilamos un carro bicicleta,  colocamos a los tres peques en el cesto de delante, y nos recorrimos todo el parque. Víctor lo pasó genial y aun me dice de vez en cuando "gorilas".

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